Obras, sí; gestión integral del agua, también

Salta¿Cómo se planifica y gestionan «las aguas» en Argentina?¿Qué problemas persisten? ¿Y cómo estamos trabajando para solucionarlo? El articulo se focaliza en las problemáticas de agua que sufren comunidades rurales aisladas, villas porteñas y los asentamientos informales de los conourbanos en Argentina y la región del Gran Chaco Americano. Y aborda algunas importantes iniciativas para enfrentar esta problemática: el caso del Programa SEDCERO a nivel regional y el Proyecto Derecho de Acceso a Bienes: Agua para el Desarrollo (Consorcio INTA-UNQ) a nivel local. Ambas están buscando mejorar la gestión integral de los recursos hidricos, y/o generar procesos de Desarrollo Comunitario.

 

«Son 5 millones de personas en el Gran Chaco Americano que no tienen red de agua o es agua de mala calidad, y un millón de éstas se encuentran en la Argentina. Si te metés en el saneamiento, esa cifra se duplica. A su vez, que tengan red de agua no significa que sea agua potable ni agua segura. Agua segura se refiere a que está dentro de los parámetros normales sin estar procesada, como el agua de lluvia o de pozo», explicó Paula Juarez, coordinadora del Programa SEDCERO, una red de organizaciones sociales que llevan adelante proyectos sustentables en el Gran Chaco Americano y buscan soluciones mediante sistemas tecnológicos como la construcción de cisternas y la capacitación de las comunidades rurales.

En ese articulo, Juarez señaló algunos problemas y limitaciones de la gestión de agua potable y saneamiento en el país, tales como:

  • un marco normativo débil, fragmentado y desarticulado: en Argentina no existe una Ley Nacional de Agua, y la regulación esta en manos de las provincias, por lo cual son ellas las encargadas de sancionar los Códigos de Aguas y establecer usos, controles y sustentabilidad de los recursos hídricos, sin embargo, no todas las provincias tienen claramente definida esa política y reglamentada, y entre ellas no hay un horizonte coordinado;
  • un diseño de política que coordina escasamente y no se complementa con otras políticas:  las provincias toman decisiones sobre cursos de agua compartidos con otras provincias o países, y el control y voluntad de articulación de una gestión integral del agua todavía no es un tema clave de las políticas provinciales.
  • el «fetiche» de las grandes obras de infraestructura que generan procesos de concentración de población y desarrollo territorial desigual: en los últimos años se han realizado importante obras principalmente en la provincia de Buenos Aires y en el norte del país que permitieron el acceso a agua a miles de personas. Sin embargo, generalmente son obras pensadas para centros urbanos, y no hay políticas a escala del problema para las áreas rurales, las villas, los asentamientos donde viven miles de personas. Y no se asume que para esos escenarios, las grandes obras no son la respuesta. Y que las obras no pueden representar «la» política hidrica.
  • un control tenue de la calidad y gestión del servicio de agua: Existe un escaso o nulo control regular sobre los operadores de agua municipales, cooperativas y asociaciones que brindan el servicio en el interior de las provincias.
  • una baja problematización socio-ambiental: Hay cuestiones como la extracción desmedida y la contaminación de agua de ríos, napas y otras cuencas que no siempre tienen un régimen de control y sanción claro y fuerte. En el mismo sentido, las plantas de osmosis inversa, las plantas de tratamiento, tienen un manejo de los residuos y de agua de rechazo que depende de los parámetros de los mismos operadores.

Como respuesta a alguna de estas problemáticas, se creó el Programa SEDCERO, la línea de agua de REDES Chaco, una iniciativa apoyada por más de 700 organizaciones públicas y privadas en la Argentina, Bolivia, y Paraguay. Este Programa tiene como objetivos:

(1). incidir en las políticas públicas para garantizar el derecho de acceso a agua segura y saneamiento,

(2). gestionar conocimiento y aprendizajes sobre iniciativas de acceso a agua segura y sobre la gestión de los recursos hídricos e

(3). impulsar proyectos de gestión comunitaria de acceso a agua segura y saneamiento.

Actualmente, numerosos proyectos se unen al Programa SEDCERO tanto para aprender colaborativamente como para generar conocimiento e insumos de política pública.

«Somos una red colaborativa que tiene como objetivo poner la región de Gran Chaco Americano en la agenda pública. Cuando empezamos en el año 2013 como la línea de agua de Redes Chaco vimos que hay un gran cementerio de obras de ONGs y otras instituciones vinculadas al agua, y decidimos analizar y mejorar la forma de construir las iniciativas. La tasa de fracaso de estos proyectos es sumamente alta y por eso queríamos armar una guía de lo que no se tiene que hacer y lo que sí se tiene que hacer. Lo que aprendimos es que siempre la comunidad tiene que participar de la elaboración e implementación del proyecto. Nuestra meta es construir capacidades comunitarias para que la gente pueda ser parte de la resolución de sus propios problemas de manera sustentable», sostiene Paula Juarez, coordinadora de SEDCERO, durante un viaje a Pampa del Zorro, que tiene como objetivo realizar una capacitación teórico-técnica en la comunidad para seguir avanzando con el proyecto DAPED. 

Una de las iniciativas en el marco del Programa SEDCERO, es el proyecto Derecho de Acceso a Bienes: Agua para el Desarrollo (DAPED). Esta iniciativa es impulsada por la Universidad Nacional de Quilmes (a través del Instituto de Estudios sobre la Ciencia y la Tecnología) y el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA). Cuenta con la participación del Ministerio de Desarrollo Social y miembros de la Red de Tecnologías para la Inclusión Social como Ingeniería Sin Fronteras Argentina. Es financiado por el FONARSEC del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva.

«El proyecto tiene por objetivo generar una nueva forma de intervención estatal que impulse la colaboración y articulación de capacidades institucionales de innovación tecnológica para el desarrollo comunitario, haciendo énfasis en el acceso a agua segura. Actualmente se trabaja en cuatro comunidades rurales de la provincia del Chaco, desde un abordaje sistémico denominado Sistemas Tecnológicos Sociales, que no sólo aborda el problema de falta de agua, sino también un conjunto de problemas vinculados -de salud, de provisión de servicios básicos, alimentarios y productivos-. Los resultados del proyecto prevén empoderar a las comunidades y mejorar sus condiciones de vida y desarrollo», cuenta Hernán Thomas, director del DAPED. El Proyecto DAPED busca construir ciudadanía capaz de debatir y proponer soluciones a problemas como el acceso a agua y saneamiento.

Tanto el DAPED como SEDCERO se proponen articular con el Estado (nacional, provincial, municipal) y proveerle de insumos para mejorar las políticas públicas. En este sentido, no desmerece todos los avances en obra publica que se han realizado en los últimos años, por el contrario, se focalizan en aquello que aún falta por hacer.

Los párrafos citados son parte de la nota La Odisea de vivir sin agua potable.

Leer notas relacionadas:

La odisea de vivir sin agua potable (06/06/15)

http://www.lanacion.com.ar/1799442-la-odisea-de-vivir-sin-agua-potable

De Vido: agua y cloacas para 9 millones de personas más (06/06/15)

http://www.prensa.argentina.ar/2015/06/06/58615-de-vido-agua-y-cloacas-para-9-millones-de-personas-mas.php

 

Importante desarrollo argentino para tratar agua con arsénico

Desde un pozo de agua clausurado en una comuna del noroeste de Tucumán, científicos de esa provincia aislaron una joya: una cepa bacteriana resistente al arsénico que, en el futuro, podría ayudar a diseñar tecnologías orientadas a prevenir la contaminación por ese tóxico.

Así lo revelaron investigadores de la Planta Piloto de Procesos Industriales Microbiológicos (PROIMI), una institución dependiente del CONICET con sede en San Miguel de Tucumán.

“El estudio de esta bacteria podría servir, en el futuro, para desarrollar técnicas orientadas a eliminar arsénico de ambientes contaminados en cuerpos de agua o también a través de dispositivos de potabilización”, dijo a la Agencia CyTA la líder de la investigación, la doctora Marcela Ferrero, jefa del Laboratorio de Microbiología Ambiental del PROIMI y docente de la Facultad de Bioquímica, Química y Farmacia de la Universidad Nacional de Tucumán.

El microorganismo en cuestión pertenece a la especie Brevibacterium linens, causante habitual del olor de pie en humanos y utilizada también para la fermentación de ciertos quesos. Pero la cepa estudiada, AE038-8, fue extraída de un pozo de agua que se usaba para beber, cocinar, hidratar a los animales y regar, y cuyo contenido de arsénico total excedía 200 veces el valor límite recomendado por la Organización Mundial de la Salud (OMS).

¿Cómo podía vivir la bacteria en ese entorno? Mediante el empleo de técnicas de laboratorio de punta, los investigadores de PROIMI identificaron los genes microbianos involucrados directa e indirectamente en la tolerancia y detoxificación de compuestos del arsénico. La secuencia completa del genoma fue publicada en “Genome Announcements”, una revista científica de la Asociación Estadounidense de Microbiología.

Aunque el arsénico es el veneno favorito de las novelas policiales, su acción en vastas zonas de Argentina es más insidiosa: cuando se acumula de manera progresiva en el organismo a partir de la ingestión de agua contaminada produce hidroarsenicismo crónico regional endémico (HACRE), una enfermedad que en algunos casos puede ocasionar lesiones en órganos internos y cáncer.

El estudio también contó con la participación de la licenciada Daniela Maizel, tesista doctoral de CONICET en el Departamento de Biología Celular y Farmacología de la Universidad Internacional de Florida, en Estados Unidos, bajo la dirección del doctor Barry Rosen. Y fue financiada con una beca BEC.AR del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva.

Fuente: iagua